Ashtanga Yoga

1. Los 8 pasos (ashtanga) del Yoga para alcanzar la vida plena:

1.-  Yama (Principios Universales) Se refieren a los principios éticos y reglas para vivir en sociedad. Son 5 preceptos que rigen la conducta de un yogui:

Ahimsa: la no violencia y el respeto a la vida. Es un concepto que se basa en no herir al otro ya sea con la palabra, el pensamiento o la obra. El yogui muestra amabilidad y compasión hacia los demás, hacia el entorno  y hacia él mismo.
Satya: que significa veracidad, incita a ser sincero y honesto. No mentir ni engañar, tanto a otros como a nosotros mismos.
Asteya: se entiende como no robar ni aprovecharse de una situación que alguien nos ha confiado. Va más allá de apoderarse de bienes materiales, también se incluye “robar” el tiempo, la energía o la paz ajena.
Brahmacarya: Moderación sexual, conservación de la energía. Evitar los excesos sexuales, que suponen la forma más rápida de agotar las fuerzas vitales y desviar a la persona de su camino. No negar la sexualidad, pero no ser gobernado por ella; liberarse del apego a la sexualidad sin negar sus virtudes. No implica celibato, sino no desperdiciar la energía sexual, ya que es inmensamente poderosa.
Aparigraha: Limitar las posesiones. Hace referencia a vivir sin codicia, vivir de manera sencilla y recibir lo que es justo  sin aferrarse a los bienes materiales ni a nuestros pensamientos o emociones. También incluye huir de la envidia que es desear lo que otros poseen y actuar con responsabilidad con nuestro entorno.

2.- Niyama (Principios Personales)
Son las disciplinas individuales y actitudes hacia uno mismo.

Saucha: significa “pureza” o “limpieza”. Tanto externa como interna. Además de mantener una higiene corporal y del entorno se añade también una alimentación equilibrada y unos pensamientos puros.
Santosha: es  el precepto de la satisfacción. Sentirnos contentos con lo que tenemos y adoptar una actitud más amable hacia lo que no podemos cambiar (No se trata de no esforzarse o utilizar este concepto como excusa para “no hacer”).
Tapas: puede entenderse como “quemar”  y su uso hace referencia a la autodisciplina. Significa vivir con entusiasmo la vida y desarrollar nuestra capacidad resolutiva. Tener valor para enfrentar los problemas y no quedarse en “la comodidad” de las situaciones agradables. Para eliminar las impurezas del cuerpo y la mente Tapas exige autodisciplina y persistencia.  Asana y pranayama son una forma de tapas.
Swadhyaya: es autoconocimiento, el estudio de uno mismo. Disciplina diaria que incluye la  reflexión, el recogimiento y la observación de nosotros mismos. Estudiar y nutrirse de libros que ayudan al desarrollo espiritual y liberan nuestro potencial es una forma de trabajar esta interioridad.
Isvara pranidhara: es la entrega y el desprendimiento. Libera al al yogui de los deseos mundanos. Su práctica busca que la acción provenga del amor auténtico y  que éstas sean ofrecidas a lo Divino (llámese Dios, Totalidad, etc…)

3.- Asana
Asana significa pose o postura. Las asanas son posiciones específicas del cuerpo que limpian los canales de energía y equilibran el flujo de la misma en el organismo, generando estabilidad física, mental y emocional.

Las asanas deben realizarse con plena conciencia y sin esfuerzo, buscando la calma y la comodidad, y sosteniendo un ritmo respiratorio firme y constante. Controlando el cuerpo, se controla la mente; las asanas son herramientas para acceder a estados más elevados de conciencia. Actúan de manera somato-psíquica: del cuerpo hacia la mente.Se logra la perfección en asana cuando cesa en esfuerzo, y se obtiene la relajación manteniendo la estabilidad y la conciencia.

4.- Pranayama
La palabra Prana significa energía. Energía cósmica, energía individual, energía intelectual: todas ellas son prana. El prana es universal e impregna a cada indiduoasí como al Universo a todos los niveles.

“Al igual que la brisa dispersa las nubes que cubren el Sol, pranayama aparta las nubes que ocultan la luz de la inteligencia.”

Todo cuanto vibra en el Universo es prana: el calor, la luz, la gravedad, el vigor, la potencia, la vitalidad, el aliento y el espíritu; son todas formas de prana.

Prana es la energía que mueve la vida. Pranayama, o control de la respiración, es el corazón del yoga. Su práctica conecta la respiración y la conciencia, aumentando nuestra vitalidad. Por lo tanto, la palabra pranayama significa expansión del prana o energía vital.

Las técnicas de pranayama utilizan la respiración para influir en el flujo de prana en los nadis o canales de energía del pranamaya kosha o cuerpo energético.

La respiración consta de cuatro partes:

Puraka: inhalación
Rechaka: exhalación
Antarana Kumbhaka: Retención de la inhalación.
Bahya Kumbhaka: Retencion de la exhalación.
Las retenciones son la parte más importante de los pranayamas. Todos los movimientos, incluso la respiración, crean fluctuaciones en la mente.

Cuando cesa la respiración se experimenta un estado de “pausa” y se acceden a niveles más profundos de conciencia.

Se corre el velo que cubre la inteligencia y la luz penetra vigorosamente en las partes más profundas del Ser

5.- Pratyahara:
Es replegar o “dominar” los sentidos. Cuando la mente es capaz de dominar los sentidos, los estímulos externos que hacen que nos vivamos en pensamientos dispersos disminuyen y, en ese momento la mente es capaz de mirar hacia dentro trabajando así en la búsqueda interna.

Con el trabajo de este paso se puede avanzar a los siguiente pasos del camino del yoga.

6.- Dharana
SIgnifica concentración. Alude a la capacidad de dirigir la mente hacia un punto fijo y mantenerla allí. Es el paso previo para los pasos siete y ocho.

7.- Dhyana
Dhyana significa meditación. Cuando se mantiene firmemente dharana, esta evoluciona convirtiéndose en dhyana. El flujo de atención se vuelve regular y continuo.

En dhyana el tiempo psicológico y cronológico se detienen y la mente observa su propio comportamiento.

Es un estado contemplativo, en el cual la atención pasa de unidireccional a no-direccional.

8.- Samadhi:
Samadhi significa absorción total.

Cuando el objeto de meditación absorbe al meditador, se pierde la consciencia de uno mismo.

Esta unión de sujeto y objeto es samadhi. Cesan las fluctuaciones de la mente y se experimenta un flujo uniforme de conciencia, que impregna los cinco koshas o envolturas, las cuales se ha purificado y solo reflejan la luz del alma.

La práctica (abhyasa) y el desapego o renuncia (vairagya) son los medios para detener los movimientos de la conciencia. La práctica es el aspecto positivo del yoga, e implica yama, niyama, asana y pranayama. El camino involutivo de renuncia implica pratyahara, dharana, dhyana y samadhi.

(Artículo tomado de La Ciencia de la Vibración)

2- Estadios del Yoga (los ocho miembros). BKS Iyengar

1. Los estadios del yoga son ocho: yama, niyama, asana, pránáyáma, pratyáhara, dharana, dhyána y samidhi. Todos ellos se hallan integrados, pero, por una cuestión de conveniencia, se los suele estudiar como componentes independientes.
2. Un árbol tiene raíces, tronco, ramas, hojas, corteza, savia, flores y frutos. Cada uno de estos componentes posee una identidad separada, pero cada componente no puede constituir el solo un árbol. Lo mismo ocurre con el yoga. Al igual que todas las partes reunidas conforman un árbol, así también los ocho estadios reunidos forman el yoga. Los principios universales de yama son las raíces, y las disciplinas individuales de niyama conforman el tronco. Las asanas son como varias ramas extendiéndose en distintas direcciones, El pranáyáma, que ventila el cuerpo con energía, es como las hojas que ventilan todo el árbol. Pratyáhára evita que la energía de los sentidos fluya al exterior, igual que la corteza protege el árbol para que no se pudra. Dharana es la savia del árbol que mantiene firme el cuerpo y el intelecto. Dhyána es la flor que al madurar se convierte en el fruto de samádhi, De igual suerte que el fruto es el desarrollo superior de un árbol, la realización de nuestro verdadero sí—mismo (átmá-darshana) constituye la culminación de la práctica de yoga,
3. A través de los ocho estadios del yoga el sádhaka desarrolla la comprensión de su propio sí—mismo. Va avanzando paso a paso desde lo conocido —su cuerpo— hasta lo desconocido. Evoluciona desde la envoltura externa del cuerpo —la piel-hasta la mente. Desde la mente (manas), pasa al intelecto (buddhi), la voluntad (sankalpa), la consciencia discernidora (viveka-khyáti o prajñá), la conciencia (sad-asad-viveka) y finalmente al Sí—mismo (Átmá).
Yama
4. Yama es un nombre colectivo dado a los mandamientos morales universales. Estos mandamientos son eternos, aplicándose sin consideraciones de clase, tiempo o lugar, Estos grandes votos (mahávratas) son la no violencia (ahimsa), la verdad (satya), el no robar (asteya), la continencia (brahmacharya) y el no codiciar (aparigraha). La no-violencia es abstenerse de infligir cualquier tipo de lesión, ya sea fisica o mental, de pensamiento o de hecho. Cuando se abandonan el odio y la animosidad, queda un amor que todo lo abarca. El yogui se muestra inexorable en su apego a la verdad y a la honestidad consigo mismo, y cuanto piensa o habla resulta ser verdad. El controla sus deseos y reduce sus necesidades, de forma que se vuelve más rico sin robar, y las cosas le vienen dadas sin pedirlas. La continencia (brahmacharya) se impone en todo cuanto concierne al sexo, ya sea imaginario o de hecho. Esta disciplina trae como resultado virilidad, así como capacidad de ver lo divino en todas las formas creadas sin que surga la excitación sexual. No se han de desear cosas que no sean necesarias para el mantenimiento de la vida, pues al deseo le sigue la avaricia, que lleva al pesar si uno no consigue lo que quiere. Cuando los deseos se multiplican, la conducta correcta se destruye.
Níyama
5. Niyamas son las reglas para la autopurifrcación, a saber: pureza (shaucha), contento (santosha), austeridad (tapas), estudio de las escrituras (svádhyáya) y abandono de todas las acciones al Señor (Íshvara pranidhána). El yogui sabe que su cuerpo y sus sentidos son susceptibles a los deseos, los cuales perjudican su mente; por ello observa estos principios. La pureza puede ser de dos clases, interna o externa, y ambas deben ser cultivadas. La última designa la pureza de comportamiento y hábitos, la limpieza de la persona y cuanto le rodea. La primera se basa en la erradicación de los seis males, a saber: la pasión (kama), la ira (krodha), la codicia (lobha), el engreimiento (moha), el orgullo (mada), la malicia y la envidia (mátsarya). Esta erradicación se consigue ocupando la mente con pensamientos buenos y constructivos que conduzcan hacia lo divino. El contento reduce los deseos, nos vuelve más alegres y nos proporciona equilibrio mental. La
austeridad le permite a uno disciplinar su cuerpo para aguantar el infortunio y la adversidad, al dirigir la mente hacia el Sí-mismo interior. El estudio representa aquí la educación de uno para ir en pos de la verdad y la autorrealización.
Por último viene el abandono de todas nuestras acciones al Señor y el total acatamiento de Su voluntad. Así pues, niyamas son las virtudes que calman la mente turbada, y que conducen al sádhaka hacia la paz tanto en su interior como a su alrededor.
Asana
6. Antes de abordar las ásanas, se hace esencial hablar de purusha y prakriti.
Purusha (literalmente “persona”) es el principio psíquico universal, que, aunque incapacitado para realizar ninguna acción por si mismo, anima y aviva la naturaleza (prakriti o “el productor”), principio físico universal, el cual, a su vez, mediante sus tres cualidades y poderes evolutivos (gunas), produce el intelecto (buddhi) y la mente (manas).
Purusha y prakriti, actuando de forma conjunta. incitan al mundo material para que entre en actividad. Ambos son ilimitados, sin principio ni final. Prakriti consta de cinco elementos bastos (pancha mahábhutas), a saber: tierra (prithvi), agua (ap), fuego (tejas), aire (vayu) y éter (ákásha). Sus cinco contrapartidas sutiles (tanmátras) son el olfato (gandha), el gusto (rasa), la forma (rupa), el tacto (sparsha) y el sonido (shabda). Estos elementos bastos y sus contrapartidas se funden con las tres cualidades y poderes evolutivos (gunas) de prakriti, esto es, la iluminación (sattva), la actividad (rajas) y la inactividad (tamas), para formar el intelecto cósmico (mahat).
El ego (ahamkára), el intelecto (buddhi) y la mente (manas) forman la consciencia (chitta), contrapartida individual de mahat. Mahat es el germen prirnario sin evolucionar de la naturaleza, o el principio productivo de donde se desarrollan todos los fenómenos del mundo material. Existen cinco órganos de percepción (jñánendriyas) oídos, nariz, lengua, ojos, y piel— y cinco órganos de acción (karmendriyas) —piernas, brazos, habla, órganos excretores y reproductores. Prakriti, los cinco elementos bastos, sus cinco contrapartidas sutiles, el ego, el intelecto y la mente, los cinco órganos de percepción, los cinco órganos de acción, y purusha, constituyen los venticinco elementos básicos (tattvas) de la filosofia sámkhya. No se puede hacer un cántaro sin un alfarero, ni una casa sin un albañil. De forma similar, la creación no puede tener lugar sin que purusha, la Fuerza Primordial, entre en contacto con los tattvas. Toda la existencia gira pues en torno a purusha y prakriti.
7. La vida es una combinación del cuerpo, los órganos de percepción y acción, la mente, el intelecto, el ego y el alma. La mente actúa de puente ente el cuerpo y el alma. La mente es imperceptible e intangible. El si—mismo colma sus aspiraciones y sus placeres a través de la mente, que actúa como un espejo. y del cuerpo, que le sirve como instrumento de disfrute y realización.
8. De acuerdo con el sistema de medicina indio (Áyurveda), el cuerpo se compone de siete elementos constituyentes (dhátus), así como de tres humores (doshas). Los siete elementos se denominan asi porque sustentan el cuerpo. Son el quilo (rasa), la sangre (rakta), la carne (márhsa), la grasa (medas), los huesos (asthi), la médula (majjá) y el semen (shukra), Estos mantienen el cuerpo inmune a la infección y las enfermedades.
9. El quilo se forma por la acción de los jugos gástricos sobre la comida. La sangre produce carne y refresca el cuerpo entero. La carne protege los huesos y produce grasa. La grasa lubrica y aporta firmeza al cuerpo. Los huesos sostienen el cuerpo y producen médula. La médula proporciona fuerza y produce semen. El semen no sólo procrea, sino que, según los textos antiguos, en su estado sutil fluye por el cuerpo sutil en forma de cierta energía vital.
10. Los tres humores (doshas) —viento (vata), bilis (pitta) y flema (shleshma)—, proporcionan una salud perfecta cuando se hallan en equilibrio uniforme, Todo desequilibrio que en ellos se produzca es causa de enfermedades. La energía sutil o vital llamada viento genera la respiración, el movimiento, la acción, la excreción y la procreación. Coordina además las funciones de las diferentes partes del cuerpo, así como las facultades humanas. La bilis crea la sed y el hambre. Digiere la comida y la convierte en sangre, manteniendo así constante la temperatura corporal. La flema lubrica las articulaciones y los músculos, y ayuda a curar las heridas. “Mala” son los desechos sólidos, líquidos y gaseosos. A menos que éstos sean excretados, se asientan las enfermedades, alterando el equilibrio de los tres humores.
Las Koshas
11. Según la filosofia del Vedanta, tres son las estructuras o tipos de cuerpo (sharira) que recubren el alma. Están formadas por cinco envolturas (koshas) que se muestran imbricadas e interdependientes.
Las tres Sharíras son: (a) sthula, la estructura hasta o envoltura anatómica;
(b) sukshma, la estructura sutil, que se compone de las envolturas fisiológica, psicológica e intelectual; y (c) karana, la llamada estructura causal —la envoltura espiritual.
Sthula sharira es la envoltura de la alimentación (annamaya kosha).
Las envolturas fisiológica (pránamaya), psicológica (manomaya) e intelectual (vijñanamaya) conforman el cuerpo sutil (sukshma sharira).
Pránamaya kosha incluye los sistemas respiratorio, circulatorio, digestivo, nervioso, endocrino, excretor y genital. Manomaya kosha afecta a las funciones de la percepción consciente, el sentimiento y la motivación que no se derivan de la experiencia subjetiva. Vijñanamaya kosha afecta al proceso intelectual del razonamiento y el juicio que si derivan de la experiencia subjetiva.
Karana sharira es la envoltura de la dicha (ánandamaya kosha). El sádhaka la experimenta de forma consciente cuando se despierta tras un sueño profundo y reparador, así como cuando se halla totalmente absorto en el objeto de su meditación.
La piel recubre todas las envolturas y cuerpos. Ha de ser por tanto firme y sensible al menor movimiento. Todas las envolturas se entremezclan en sus diferentes niveles desde la piel hasta el Si-mismo.
Objetivos de la vida (Purushárthas)
12. El hombre tiene cuatro objetivos en su vida: dharma, artha, káma y moksha.
Dharma es el deber. Sin éste y sin la disciplina ética, el logro espiritual resulta imposible.
Artha es la adquisición de riqueza para lograr la independencia y las metas más altas de la vida. No puede proporcionar una dicha duradera; no obstante, un cuerpo pobremente alimentado es campo fértil para las preocupaciones y las enfermedades.
Kama designa los placeres de la vida, los cuales dependen en gran medida de que el cuerpo se encuentre sano. Como dice el Kathopaníshad, el “sí—mismo” no puede ser experimentado por un individuo débil.
Moksha es la liberación. El hombre iluminado comprende que el poder, el placer, la riqueza y el conocimiento pasan, y no traen la libertad. Es por ello que intenta alzarse por encima de sus cualidades sáttvicas, rajásicas y tamásicas, y así escapar de las ganas de los gunas.
13. El cuerpo es la morada de Brahman. Juega un papel fundamental en la consecución de los cuatro objetivos de la vida. Los sabios eran conscientes de que, aunque el cuerpo se va deteriorando, sirve de instrumento para alcanzar la realización, y por ello ha de mantenerse en buen estado.
14. Las ásanas purifican el cuerpo y la mente y tienen efectos preventivos y curativos. Su número es incontable, y responden a las diferentes necesidades de los sistemas muscular, digestivo, circulatorio, glandular, nervioso, asi como de otros sistemas del cuerpo. Ellas ocasionan cambios a todos los niveles, desde el físico al espiritual. La salud es un equilibrio delicado del cuerpo, la mente y el espíritu. Por la práctica de ásanas, las incapacidades físicas y las distracciones mentales del sadhaka desaparecen, y se abren las puertas del espíritu. Las ásanas proporcionan salud, belleza, fuerza, firmeza, ligereza, claridad de palabra y expresión, sosiego de los nervios y una alegre disposición. Su práctica puede compararse con el crecimiento del árbol del mango. Si el árbol ha crecido sano y fuerte, su esencia se encuentra en el fruto. De igual modo, la esencia destilada de la práctica de asanas es el despertar espiritual del sádhaka, quien se ve libre de todas las dualidades.
15. Existe un error común, y es pensar que tanto ásanas como pránáyáma han de ser practicados conjuntamente desde el momento en que comenzamos la yoga-sádhaná. La experiencia ha demostrado a este autor que si un novicio atiende a buscar la perfección de las posturas, no puede concentrarse en la respiración. Pierde el equilibrio y la profundidad de las asanas. Alcancen firmeza (sthirata) y quietud (achalatá) en asanas antes de acometer ninguna técnica de respiración rítmica. La amplitud del movimiento corporal varía de una postura a otra. Cuanta más pequeña sea la amplitud de movimiento, menor será el espacio en los pulmones y más corto será el ritmo respiratorio. Cuanto más grande sea la amplitud de movimiento corporal en las asanas, mayor será la capacidad pulmonar y más profundo el ritmo respiratorio. Al realizar conjuntamente pranayáma y ásanas, observen que no se vea perturbada la postura perfecta. No aborden el pránáyáma hasta que hayan perfeccionado las posturas. Uno se da cuenta pronto de que cuando se ejecutan correctamente las asanas, la respiración pranayámica se instala automáticamente.
Pranayama
16. El pránáyáma es una prolongación consciente de la inspiración, la retención y la espiración. La inspiración es el acto de recibir la energía primordial en forma de respiración, y la retención se da cuando la respiración es suspendida a fin de degustar esa energía. En la espiración, todos los pensamientos y emociones se vacían con la respiración: entonces, mientras los pulmones están vacios, uno abandona la energia individual, “yo”, a la energía primordial, el Átma.
La práctica de pranayama desarrolla una mente estable, sólida fuerza de voluntad, y un juicio fume.
Pratyahra
17.Se trata de una disciplina para poner la mente y los sentidos bajo control. La mente juega un papel dual, Por un lado, busca la gratificación de los sentidos y, por otro, la unión con el Sí-mismo. Pratyáhára aquieta los sentidos y los atrae hacia el interior, conduciendo al aspirante hasta lo Divino.
Dharana, Dhyana y Samadhi
18. Dháraná es la concentración en un solo punto, o la total atención en lo que se está haciendo mientras la mente permanece inmóvil e imperturhable. Con ello, la percepción consciente interior se ve estimulada a integrar la inteligencia siempre móvil, lo que relaja todas las tensiones. Cuando esto continúa durante largo tiempo, se convierte en meditación (dhyána), un estado indescriptible que ha de experimentarse para ser comprendido.
19. Cuando el estado de dhyana es mantenido durante largo tiempo sin interupción, se funde en samádhi, donde el sádhaka pierde su identidad individual
en el objeto de la meditación.
20. En samádhi, el sádhaka pierde consciencia de su cuerpo, respiración, mente, inteligencia y ego. Vive en la paz infinita. En ese estado, su sabiduría y pureza, combinados con la sencillez y la humildad. resplandecen. Mas no sólo él resulta iluminado, sino que también ilumina a aquéllos que a el acuden en búsca de la verdad.
21. Yama, niyama, ásana y pránáyama constituyen partes esenciales del yoga de la acción (karma). Ellos mantienen el cuerpo y la mente sanos para realizar todos los actos que complacen a Dios. Pránáyáma, pratyáhára y dháraná son partes del yoga del conocimiento (jñána). Dhyána y samádhi ayudan al sádhaka a fundir su cuerpo, mente e inteligencia en el océano del Sí—mismo. Tal es el yoga de la devoción y el amor (bhakti).
23. Estas tres corrientes de jñana, karma y bhakti vierten en el rio del yoga y pierden su identidad. Así, la sola senda del yoga dirige a cada tipo de sadhaka, desde el flojo (mñdha) hasta el controlado (niruddha), hacia la libertad y la beatitud.

3-EL ASHTANGA YOGA DE PATANJALI Y SU RELACIÓN CON EL ASHTANGA VINYASA YOGA por Gregor Mahele

La práctica de asana (postura) sola supone un peligro. Según K. Pattabhi Jois, “Los métodos parciales del yoga fuera de tono con su propósito interno pueden fortalecer a los seis enemigos (deseo, ira, codicia, ilusión, encaprichamiento y envidia) alrededor del corazón. El sistema de Ashtanga completo (los ocho miembros) practicado con devoción conduce a la libertad dentro del corazón de uno”.

 

Los ocho miembros del yoga de Patanjali se relacionan con la práctica del Ashtanga Vinyasa de este modo:

El primer miembro consiste en un conjunto de preceptos éticos que aseguran que el yogui interactúe de manera armoniosa con la comunidad que lo rodea. Los preceptos éticos son: no dañar a otros, ser sincero, no robar, tener sexo sólo con el cónyuge de uno y abstenerse de la codicia.

El segundo miembro consiste en observancias que aseguran que el cuerpo y la mente no se contaminen una vez que fueron purificados. La purificación en el yoga no tiene nada que ver con el puritanismo. Se refiere más bien a la “colorabilidad” del cuerpo y de la mente. La “colorabilidad” es la propensión del cuerpo/mente de asumir un condicionamiento o una marca del entorno. Las observancias son limpieza física y mental, contentamiento, simplicidad, estudio de los textos sagrados y aceptación de la existencia del Ser Supremo. Los primeros dos miembros se ponen en práctica inicialmente desde el exterior y forman una plataforma desde la cual se emprende la práctica. Una vez que nos establecemos en el yoga, se vuelven nuestra segunda naturaleza: surgen naturalmente.

El tercer miembro es asana. Al conocer la verdadera naturaleza de uno, se manifiestan muchos obstáculos en el cuerpo, por ejemplo, enfermedad, pereza y torpeza. El cuerpo influye profundamente y, si estuviera en una mala condición, afectaría al funcionamiento de la mente y el intelecto. A través de la práctica de las asanas del yoga, el cuerpo se hace “fuerte y ligero como el cuerpo de un león”, para citar a Shri K. Pattabhi Jois. Sólo entonces proporciona el vehículo ideal para el camino del yoga.

Como explica el Yoga Sutra, cada pensamiento, emoción y experiencia nos deja una huella subconsciente (samskara) en la mente. Estas huellas determinarán quiénes seremos en el futuro. De acuerdo con el Brhad Aranyaka Upanishad, mientras no se alcance la liberación, el alma, como una oruga que se arrastra desde una brizna de pasto a la siguiente, por la fuerza de sus impresiones en esta vida, localizará y atraerá a un nuevo cuerpo en una nueva vida.

Esto significa que el cuerpo que tenemos es nada sólo la acumulación de nuestros pensamientos, emociones y acciones pasados. Esto requiere ser comprendido y contemplado profundamente. Significa que el asana es el método que nos libera del condicionamiento pasado almacenado en el cuerpo hasta llegar al momento presente. Se debe notar que practicar sólo enérgicamente superpondrá una nueva capa de huellas subconscientes basadas en el sufrimiento y el dolor. También aumentará la identificación con el cuerpo. En yoga, la identificación con algo que es transitorio se denomina ignorancia (avidya).

Al principio, esto puede sonar bastante abstracto, pero todos los que vimos morir a un ser amado, recordaremos el discernimiento profundo que, una vez que se produce la muerte, el cuerpo luce como una cáscara vacía. Puesto que el cuerpo es nuestro vehículo y el depósito de nuestro pasado, necesitamos practicar asana hasta el punto en el cual nos sirve bien, mientras liberamos y soltamos el pasado que está almacenado en éste.

 

El yoga es el camino del medio entre dos extremos. Por un lado, podemos llegar al extremo de practicar fanáticamente y esforzarnos por un ideal, mientras negamos la realidad del momento presente. El problema aquí es que siempre nos identificamos sólo a nosotros mismos con lo que queremos ser en el futuro y no con lo que somos ahora. El otro extremo es defendido por algunas escuelas de psicoterapia que focalizan sobre los traumas pasados. Si hiciéramos esto, estos traumas podrían incrementar su control sobre nosotros, definiéndonos por las “cosas que emergen” y el “proceso que estamos experimentando”. El asana es una invitación a decir adiós a estos extremos y llegar a la verdad en el momento presente.

¿Cómo se manifiestan en el cuerpo las emociones, los pensamientos y las impresiones pasadas? Algunos estudiantes de yoga experimentan mucha ira al comenzar a flexionarse hacia adelante. Esto se debe a la ira pasada almacenada en los ligamentos. Si dejáramos ir conscientemente a la ira, la emoción desaparecería. Si no, saldrá a la superficie de alguna otra manera, posiblemente como un acto de agresión o una enfermedad crónica. Otros estudiantes sienten ganas de llorar después de una retroflexión intensa. El dolor emocional se acumula en el pecho, donde funciona como una coraza, endureciendo alrededor del corazón. Esta coraza se puede disolver en la retroflexión. Si soltáramos la coraza, resultará un sentimiento de alivio tremendo, acompañado a veces de llanto.

La rigidez extrema se puede relacionar con la rigidez mental o la incapacidad para dejarse llevar por situaciones desconocidas. La flexibilidad extrema se puede relacionar con la incapacidad para tomar una posición en la vida y poner límites. En este caso, la práctica de asana necesita basarse más en la fuerza, para crear un equilibrio y aprender a resistir el ser llevado por situaciones inapropiadas. El asana nos invita a reconocer el pasado y a dejarlo ir. Esto a su vez nos traerá al momento presente y nos permitirá soltar conceptos limitantes tales como quién pensamos que somos.

El cuarto miembro es pranayama. El prana es la fuerza vital, también referido como respiración interior; pranayama quiere decir extensión del prana. Los yoguis descubrieron que la oscilación del prana ocurre simultáneamente con los movimientos de la mente (chitta vrtti). La práctica del pranayama es el estudio y el ejercicio de la respiración hasta un punto en el cual se pacifica y no agita a la mente.

En el sistema de vinyasa, el pranayama se practica aplicando la respiración Ujjayi. La respiración se extiende a lo largo estrechando ligeramente la glotis. Aprendemos a dejar que el movimiento siga a la respiración, que finalmente conduce al cuerpo sin esfuerzo a subirse a las olas de la respiración. A estas alturas, no somos nosotros quienes movemos el cuerpo, sino más bien el poder del prana. Somos capaces de respirar en todas partes del cuerpo, lo cual es equivalente a esparcir el prana de manera uniforme totalmente. Esto es ayama – la extensión de la respiración.

El quinto miembro es pratyahara – la retracción de los sentidos. El Maitri Upanishad dice que, si uno se preocupa con los objetos de los sentidos, la mente se exacerba, lo cual conduce a la ilusión y el sufrimiento. Sin embargo, si el combustible de los sentidos se retiene, la mente se reabsorbe en su fuente, el corazón. El “corazón” en yoga no es una metáfora para las emociones, sino para nuestro centro, que es la consciencia o el sí mismo.

En Vinyasa Yoga, la retracción de los sentidos se practica a través de drishti – el punto focal. En lugar de mirar alrededor al practicar asana, que lleva a los sentidos hacia afuera, permanecen internos llevando nuestra mirada hacia las localizaciones prescriptas. El sentido del oído se repliega escuchando el sonido de la respiración, que al mismo tiempo nos da información acerca de la calidad de la asana. Focalizando nuestra atención, desarrollamos lo que la filosofía tántrica llama el centro (madhya).

Desarrollando el centro, la mente finalmente se suspende y el prana, que es una manifestación del aspecto femenino de la creación, la Diosa o Shakti, deja de oscilar. Entonces se reconoce el estado de la consciencia divina (bhairava).

El sexto miembro es dharana – concentración. Si has tratado de meditar en un espacio vacío entre dos pensamientos, sabrás que la mente tiene la tendencia a asirse al próximo pensamiento que surja. Puesto que los objetos tienen forma, y el sujeto que atestigua – la consciencia – es informe, tiende a ser pasado por alto por la mente. Se necesita mucha concentración para vigilar la consciencia cuando las distracciones están disponibles.

Entonces, la práctica de la concentración es un prerrequisito para la meditación propiamente dicha. El entrenamiento de la concentración nos permite mantenernos focalizados en cualquier objeto que se elija. En primer lugar, se seleccionan objetos simples, que a su vez nos preparan para el penúltimo “objeto”, la consciencia informe, que no es otra cosa que la consciencia pura.

La concentración en Vinyasa Yoga se practica centrándose en los bandhas. A nivel externo, el foco está en Mula y Uddiyana Bandha (los cierres pélvico y abdominal inferior), pero a nivel interno está sobre el vínculo del movimiento, la respiración y la consciencia (bandha = vínculo [o lazo]). Al llegar a este vínculo, tenemos que soltar el patrón de ondas cerebrales beta, que acompaña normalmente a la concentración. En cambio, necesitamos cambiar a un patrón alfa, que permite focos múltiples y lleva simultáneamente a la consciencia de todo, o a estar en este momento, que es la meditación.

El séptimo miembro es dhyana – meditación. Meditación significa descansar, sin influencias, entre los extremos de la mente y de pronto “ser” en lugar de “convertirse en”. La diferencia entre este miembro y el anterior es que en la concentración existe un esfuerzo de la consciencia para excluir a todo lo que no es relevante para nuestro objeto elegido. En la meditación, hay un flujo constante de impresiones del objeto y de la consciencia hacia el objeto, sin ningún esfuerzo de la voluntad. Los objetos típicos elegidos son el loto en el corazón, el sonido interior, la respiración, el sentido del yo, el proceso de percepción y el intelecto, la deidad de la meditación de uno (ishta devata) o el Ser Supremo.

En el Vinyasa Yoga, la meditación comienza cuando, más que hacer la práctica, estamos siendo hechos o movidos. En este momento, nos damos cuenta que, puesto que podemos observar el cuerpo, no somos el cuerpo, sino una entidad que atestigua. La práctica del vinyasa es el constante ir y venir de las posturas, el constante cambio de formas, a lo cual nos aferramos. Es en sí misma una meditación sobre la impermanencia. Cuando llegamos al punto de darnos cuenta que todo lo que conocimos hasta ahora – el mundo, el cuerpo, la mente y la práctica – está sujeto a un cambio constante, hemos llegado a la meditación sobre la inteligencia (buddhi).

Sin embargo, la meditación no ocurre solamente en dhyana, sino en todos los estadios de la práctica. De hecho, el sistema de Ashtanga Vinyasa es una meditación en movimiento. En primer lugar, meditamos sobre la posición del cuerpo en el espacio, que es asana. Luego, meditamos sobre la fuerza vital que mueve al cuerpo, que es pranayama. Luego, sobre los sentidos a través de drishti y escuchar la respiración, que es pratyahara. Meditar sobre el vínculo de todos los aspectos de la práctica es la concentración (dharana).

El octavo miembro, samadhi, es de dos tipos – con objeto y sin objeto. El samadhi con objeto es cuando la mente en un primer momento, como una piedra preciosa transparente, refleja fielmente lo que es dirigido y no produce sólo otra simulación de la realidad. En otras palabras, la mente se aclara hasta tal punto que no modifica la entrada sensorial en absoluto. Para experimentar esto, tenemos que “descondicionarnos” hasta soltar todos los programas limitantes y negativos del pasado. Patanjali dice, “La memoria se purifica como si se vaciara de su propia forma”. Luego, todo lo que puede ser conocido acerca de un objeto es conocido.

El samadhi sin objeto es la forma más alta del yoga. No depende de un objeto para su surgimiento, sino más bien es revelado el sujeto o la consciencia que atestigua, que es nuestra verdadera naturaleza. En este samadhi, se suspenden las olas del pensamiento, lo cual lleva al conocimiento de aquello que siempre estuvo allí: la consciencia o el sí mismo divino. Este estado final está más allá del alcance, más allá del hacer, más allá de la práctica. Es un estado del ser estático puro descripto por el término baivalya – un estado en el cual hay libertad e independencia total de cualquier simulación externa que fuera.

En las descripciones físicas del yoga, el samadhi se alcanza suspendiendo los extremos de la mente solar (pingala) y lunar (ida). Este estado surge cuando la respiración interior (prana) entra en el canal central (sushumma). Entonces, la realidad verdadera o profunda de pronto destella.

Fuente: “Ashtanga Yoga Practice and Philosophy” – Gregor Mahele

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